JESUCRISTO, REVOLUCIONARIO

 

Quienes anuncian que votar por alguien de izquierda o de pensamiento progresista es traicionar los principios de la Iglesia Católica, -porque ser subversivo es un pecado-, desconocen que Jesucristo fue juzgado y crucificado por subversivo, pues su prédica era una amenaza para el orden social y religioso imperante, al cuestionar la autoridad de los líderes políticos y religiosos del Imperio Romano.

“Jesús desafió a las autoridades a las que los romanos les habían dado autoridad legal. Al final de su vida, todas las facciones gobernantes identificables en la sociedad judía se le opusieron: los escribas (Mc 2:6-7), los maestros de la ley (Mc 12:38), los sacerdotes (Mc 14:55) y los fariseos (2:16).” (Craig Greenfield)

Recordemos que la diferencia entre un héroe, y un subversivo, la señala el triunfo o el fracaso de su aventura revolucionaria. Cuidémonos, entonces, de calificar con improperios a quienes propenden por una sociedad más igualitaria y más justa, creyendo que son más inteligentes quienes se aferran a normas, usos y costumbres que con el paso del tiempo necesariamente van perdiendo validez.