POR
TODOS LOS SANTOS
En medio de tanta noticia transcendental como el
proceso de paz, las escandalosas declaraciones de alias Popeye, la
inaplicabilidad declarada del fallo de la Haya, las amenazas de ataque a Siria,
la lista de los paramilitares al Senado, etc., etc., pareciera trivial enviarle al alcalde un SOS
en nombre de todos los ignaros conductores de motocicletas de esta ciudad, para que urgentemente adopte medidas a fin de
evitar que sigan ocurriendo tan alto número de accidentes y muertes que a diario
se presentan en las calles de la ciudad, ante la indolencia de las autoridades
y el horror de los particulares. Hubiéramos querido decirle todo esto al
alcalde a través de una línea telefónica, o personalmente, pero ya todos
sabemos que eso es no es posible, porque la construcción de las 20.000 viviendas,
-que bajo documento notariado prometió-, lo mantiene tan ocupado, que ya ni siquiera porta su celular, el que
permanece todo el día en manos de su escolta, convertido ahora en un asistente
y un asesor más. Pero volvamos al tema central. La mayoría de las muertes que
día tras día tenemos que presenciar en las calles de la ciudad, se presentan
por violación permanente de todas las normas de tránsito por parte de los
temerarios conductores de motocicletas, que adelantan por la derecha, por la
izquierda, invaden el carril por donde otros vehículos se desplazan, transitan
por la aceras, saltan separadores, van siempre de afán como queriendo llegar de
primeros al reparto de cerebros, están
convencidos de que las denominadas cebras, están hechas para esperar sobre
ellas el cambio del semáforo, en un solo vehículo se transportan tres y cuatro
personas, transportan colchones, puertas, cilindros de gas, marcos para
ventanas, bebés recién nacidos, etc., pero además, están convencidos de que las
motos siempre tienen prelación, pues permanentemente van haciendo sonar sus
chillonas cornetas, para que los conductores de automóviles les abran paso.
Haga señor alcalde una pausa en su diario trajinar,
por un solo día deje de revisar si la sede de la alcaldía quedó sin telarañas,
olvídese de los funcionarios retardados que allí anidan, y piense de qué manera
puede hacer una campaña encaminada a enseñarles a los “conductores y
conductoras”, -diría Maduro-, las normas de tránsito que por completo ignoran.
Le pongo un ejemplo: Por la calle 13, presencié cómo un motorizado fue
prácticamente triturado por dos carros, cuando en una maniobra de
adelantamiento de dos automóviles, quiso a su vez pasar entre ellos a toda m…. Permítame
insinuarle que durante un día a la semana dedique el personal de tránsito a
imponer partes a todos aquellos que violen las normas de tránsito, (claro que
primero tiene que enseñárselas a ellos), los haga conducir, por ejemplo, a la
Cancha Toto Hernández (si es que ya no se llama Enrique Cuadros) y los obligue
a aprobar un curso de conducción, si quieren conservar sus licencias, cuyo
único requisito para obtenerlas, como sabemos, es adquirir una motocicleta. Claro que sus
funciones son otras, pero como no hay
Director de Tránsito, asuma las consecuencias.
(Publicado en LA OPINION. Viernes 27 de septiembre 2013)
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