CONSUMAMOS LO NUESTRO


Este fue uno de los lemas que acompañó al actual alcalde de la ciudad durante su campaña, cuyo enunciado encierra una conveniente inclinación por lo que esta tierra produce, que yo justifico esencialmente en dos argumentos: Primero, porque  esa preferencia evidencia un sentimiento de unión y solidaridad entre quienes estas tierras habitamos, lo que se nos antoja preñado de lógica, dado que parece  natural que experimentemos preferencia por quienes nos encontramos unidos por el trato, el conocimiento, la amistad, el parentesco, o la vecindad, y de alguna manera colaboran con el progreso de nuestra región. Pero más allá de lo anterior, en el fondo no se trata de un sentimiento de contenido puramente altruista, pues a todos nos beneficia: es claro que si una empresa, una universidad, una entidad estatal o cualquier persona natural adquiere bienes en otras regiones diferentes a la nuestra, o contrata los servicios profesionales de quienes no habitan nuestra tierra, está beneficiando la economía de las regiones a las que pertenecen esas empresas, esas sociedades o esos profesionales, por la razón elemental de que  una vez cumplido su trabajo por parte de esos contratistas foráneos, regresan a sus sedes con los recursos económicos obtenidos por su trabajo, y es allí  donde los van a gastar y a invertir, contribuyendo a dinamizar la economía de esas regiones,  privando a la nuestra de esa posibilidad. Nadie puede negar que en la medida en que una persona cabeza de familia percibe ingresos, con absoluta seguridad los va a destinar a comprar alimentos, vestuario, medicinas, a pagar los colegios y/o las universidades de sus hijos, etc., etc., y quienes esos pagos reciben, a su vez los dedicarán a los mismos menesteres lo que, sin lugar a dudas, contribuye al bienestar de todos quienes estas tierras habitamos.
Por lo anterior, resulta no sólo congruente y conveniente sino necesario, que el Alcalde, los directores de establecimientos públicos, gerentes de empresas de economía mixta, los rectores de universidades, secretarios de despacho, los directores de empresas, agremiaciones, asociaciones, empresas y sociedades en  general, den ejemplo de su preferencia por lo nuestro, por nuestro productos, por nuestros profesionales, como en buena hora lo propuso el alcalde, adquiriendo bienes y productos elaborados en Cúcuta y contratando  profesionales de esta ciudad, -que en todas las áreas del conocimiento los hay muy buenos-, desterrando la idea de que  la industria foránea es mejor y de que los profesionales, por  ser de Bogotá o  Medellín, son mejores o saben más que los nuestros, cuando todos sabemos por experiencia propia que en esas ciudades, igual que en todo el País, se encuentran profesionales buenos, regulares y malos, comoquiera que la altura, la tradición,  la forma de hablar o de vestir, no transmiten ni seriedad, ni experiencia, ni conocimiento. En conclusión, seleccionemos con prudencia, los productos y servicios que vamos a contratar, pero apoyemos lo nuestro, sin dejarnos envolver por cantos de sirena, que por provenir de regiones lejanas, bien pudieran ser ladridos de perros.  
(Publicado en LA OPINION de Cúcuta, hoy miércoles 14 de marzo)

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