PERSONAJES
ROBERTO FUENTES PARIS
“Siendo locutor … y Radio-técnico, ocupa sitio de honor en nuestra revista, porque superando su pobreza, ha entregado su millonaria voluntad con generosidad sin límites al servicio de la niñez hospitalizada. Desde hace 18 años prepara con gesto noble la navidad de los niños de la Clínica Infantil.” Con esta oración, comienza el artículo publicado sobre Roberto Fuentes París en 1968, por la Sociedad de Pediatría y Puericultura del Norte de Santander, en su revista “Anales Pediátricos”, cuyo director era el Dr. Juan Agustín Ramírez Calderón, destacado galeno, hombre magnánimo, de recio carácter y acendradas convicciones.
“Siendo locutor … y Radio-técnico, ocupa sitio de honor en nuestra revista, porque superando su pobreza, ha entregado su millonaria voluntad con generosidad sin límites al servicio de la niñez hospitalizada. Desde hace 18 años prepara con gesto noble la navidad de los niños de la Clínica Infantil.” Con esta oración, comienza el artículo publicado sobre Roberto Fuentes París en 1968, por la Sociedad de Pediatría y Puericultura del Norte de Santander, en su revista “Anales Pediátricos”, cuyo director era el Dr. Juan Agustín Ramírez Calderón, destacado galeno, hombre magnánimo, de recio carácter y acendradas convicciones.
Fue Roberto Fuentes un cucuteño hijo de cucuteños, hombre jovial, abierto, espontáneo, franco en el trato y en la amistad, sensible al arte y a los nobles sentimientos, que a comienzos de 1950 creó el programa radial que todavía muchos recuerdan, “BUSCANDO UNA ESTRELLA”, concebido con el propósito de brindar apoyo económico a la Clínica Infantil del Hospital de Cúcuta, la que conoció fortuitamente, en estado de miseria y abandono, según narraba el mismo Roberto en los siguientes términos:
“En las postrimerías de 1949, me correspondió ir al Hospital a instalar un aparato de amplificación; … Con sorpresa me enteré de la existencia de la Clínica y el estado de miseria en que estaban los niños, había por lo menos 60 que la reverenda Hna (Inés de la Dolorosa) y sus enfermeras cuidaban con gran cariño y solicitud.”
“Al terminar la instalación me hice el propósito de fundar un programa radial con el cual pudiera colaborar con dicha clínica; visité algunos amigos para pedirles el obsequio de una camitas y conseguí diez, de cuyos nombres solo recuerdo los siguientes: don Jorge Soto Franco, don Carmelo Diaz Acevedo, don Daniel Bustamante A., don Juan Martínez, don Abraham Safi, don Luis Francisco Jaimes, … cada uno dio una, todos fueron invitados para que conocieran la existencia y las necesidades de dicha institución.”
“El último domingo de febrero de 1950, se fundó Buscando Una Estrella, cuya primera trasmisión radial se efectuó desde el Teatro Municipal a as 8 de la mañana, cedido gratuitamente por don Carlos Ramírez París (su primo) y cuya entrada fue entregada a la Reverenda Hna. Inés, para la Clínica Infantil.”
Aunque dos años después dejó de cobrarse al público cucuteño la entrada al programa Buscando Una Estrella, durante toda su existencia, que se prolongó por aproximadamente 30 años, Roberto siempre estuvo atento a colaborar, con su voluntad y sus amistades, que fueron muchas, en la solución de las necesidades de la Clínica Infantil, y fue así como, con el apoyo de algunas entidades oficiales, ayudó a conseguir la dotación para la Sala de Hidratación. Pero además, en todas las navidades Roberto siempre se hizo presente en la Clínica Infantil para celebrar la navidad con los niños internos y el personal a su servicio, ocasión que aprovechaba para llevarles, ropa, calzado, juguetes música, alegría y mucho cariño, con aportes de los anunciadores de “Buscando Una Estrella” como Marino Vargas Gelvis, quien por muchos años regaló 40 pares de zapatos en la época de navidad, Jaimes & Hermanos, El Salón Blanco de don Miguel Saikali, la Empresa Licorera del Norte de Santander, la empresa Bavaria, Kist Ltda.,(Daniel Bustamante Alvarez), Coca-cola y Regional, Café Galavis (don Lino Galavis), Gaseosas Hipinto, La Ferretería El Martillo de los hermanos Granados, y otros que escapan a la memoria.
Debo destacar que en esta altruista labor, Roberto siempre estuvo respaldado, secundado y estimulado por todos los integrantes de la Asociación de Pediatría del Norte de Santander, sin excepción, y de manera personal y muy especial, por los doctores Juan Agustín Ramírez Calderón y Gilberto Bustamante Álvarez, ya fallecidos, dado que todos ellos veían en Roberto un ser movido por un profundo sentimiento de solidaridad social, y vocación de servicio.
Toda esa esta actividad, que se prolongó por casi 30 años, mereció el reconocimiento de la Sociedad de Pediatría del Norte de Santander, en los siguientes términos, en 1968:
“Convencidos de que al exaltar la labor meritoria de este servidor de la niñez, se cumple no sólo, con la gratitud a que él se ha hecho merecedor, sino que su ejemplo traza sendas por donde transiten otros servidores imitándolo y superándolo, la Sociedad de Pediatría lo declara MIEMBRO HONORARIO de la misma.”
Publicado en la revista Imágenes de La Opinión, el domingo 2 de mayo de 2010
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