NO MAS ALCAHUETERÍA
(Vladdo)
Muchas personas estarán de acuerdo conmigo si afirmo que la gran mayoría de nuestra clase política y nuestros dirigentes son corrompidos e indignos, y que si se mantienen en sus puestos de privilegio, se debe, exclusivamente, a aquellas familias que de alguna manera dependen del Estado para subsistir, porque contratan con entidades públicas, o porque tienen familiares dentro de la fronda burocrática, quienes los motivan o los inducen a votar por los candidatos de sus intereses. Esta circunstancia hace que la gente decente y aquella franja de ciudadanos que cuya actividad productiva no depende del favor estatal, no se interesen en ninguna clase de elecciones y, por lo mismo, no ejerzan su derecho de elegir. Sin embargo, resulta importante poner de presente a esta inmensa mayoría, la importancia del voto en blanco, el que, en determinadas circunstancias, puede llegar a ser definitivo para cambiar este estado de cosas que tantos reprochamos.
El voto en blanco, que es el que se marca en la opción VOTO EN BLANCO, es un voto válido que se tiene en cuenta a efecto de establecer el cuociente electoral, esto es, el mínimo de votos que un aspirante o una lista debe conseguir para obtener una curul, de modo que entre más votos en blanco se produzcan, estaremos evitando que a las Corporaciones públicas accedan personas con un número ínfimo de votos, como hemos visto que algunas veces ocurre.
De otra parte, debemos tener en cuenta que de acuerdo con el artículo 258 de la Constitución, si en las elecciones para senadores, representantes, gobernadores, alcaldes, y en la primera vuelta presidencial, los VOTOS EN BLANCO CONSTITUYEN LA MAYORÍA ABSOLUTA de los votos válidos, la elección debe repetirse, por una sola vez, con candidatos distintos si se trata de una elección unipersonal como presidente, gobernador o alcalde, y si de corporación se trata, no podrán presentarse a las nuevas elecciones las listas que no hayan alcanzado el umbral.
Así las cosas, y teniendo en cuenta que la experiencia de los últimos años, nos enseña que cuando a un político lo escuchamos decir que va a combatir la corrupción y la politiquería, debemos entender que va a practicar la corrupción y la politiquería, con toda pasión, y con toda su familia, VOTEMOS EN BLANCO para provocar unas elecciones sin los mismos sinvergüenzas, y los mismos delincuentes algunos de los cuales, por estar presos o impedidos, pretenden hacer elegir a sus parientes más cercanos o a sus testaferros políticos.
Muchas personas estarán de acuerdo conmigo si afirmo que la gran mayoría de nuestra clase política y nuestros dirigentes son corrompidos e indignos, y que si se mantienen en sus puestos de privilegio, se debe, exclusivamente, a aquellas familias que de alguna manera dependen del Estado para subsistir, porque contratan con entidades públicas, o porque tienen familiares dentro de la fronda burocrática, quienes los motivan o los inducen a votar por los candidatos de sus intereses. Esta circunstancia hace que la gente decente y aquella franja de ciudadanos que cuya actividad productiva no depende del favor estatal, no se interesen en ninguna clase de elecciones y, por lo mismo, no ejerzan su derecho de elegir. Sin embargo, resulta importante poner de presente a esta inmensa mayoría, la importancia del voto en blanco, el que, en determinadas circunstancias, puede llegar a ser definitivo para cambiar este estado de cosas que tantos reprochamos.
El voto en blanco, que es el que se marca en la opción VOTO EN BLANCO, es un voto válido que se tiene en cuenta a efecto de establecer el cuociente electoral, esto es, el mínimo de votos que un aspirante o una lista debe conseguir para obtener una curul, de modo que entre más votos en blanco se produzcan, estaremos evitando que a las Corporaciones públicas accedan personas con un número ínfimo de votos, como hemos visto que algunas veces ocurre.
De otra parte, debemos tener en cuenta que de acuerdo con el artículo 258 de la Constitución, si en las elecciones para senadores, representantes, gobernadores, alcaldes, y en la primera vuelta presidencial, los VOTOS EN BLANCO CONSTITUYEN LA MAYORÍA ABSOLUTA de los votos válidos, la elección debe repetirse, por una sola vez, con candidatos distintos si se trata de una elección unipersonal como presidente, gobernador o alcalde, y si de corporación se trata, no podrán presentarse a las nuevas elecciones las listas que no hayan alcanzado el umbral.
Así las cosas, y teniendo en cuenta que la experiencia de los últimos años, nos enseña que cuando a un político lo escuchamos decir que va a combatir la corrupción y la politiquería, debemos entender que va a practicar la corrupción y la politiquería, con toda pasión, y con toda su familia, VOTEMOS EN BLANCO para provocar unas elecciones sin los mismos sinvergüenzas, y los mismos delincuentes algunos de los cuales, por estar presos o impedidos, pretenden hacer elegir a sus parientes más cercanos o a sus testaferros políticos.
Comentarios
Publicar un comentario