PENSANDO EN LOS CAMPESINOS




Este artículo de Lucy Nieto de Samper, publicado hoy 3 de octubre en EL TIEMPO, refleja la política de desprecio por las clases menos favorecidas que inspira a este inescrupuloso gobierno, que ha sumido al País en la más grande descomposición que en muchos años se haya conocido.


“Los labriegos, abandonados, mientras los ricos reciben las ayudas.

“Sin duda, los campesinos son los colombianos más desprotegidos. Ellos no cuentan como protagonistas de sus propias actividades agropecuarias, sino como peones de brega de terratenientes. Con ese criterio, este gobierno ha desarrollado su política agraria.

“Por ejemplo: en cambio de dividir entre familias desplazadas la hacienda llanera Carimagua, el ministro Andrés Felipe Arias prefirió más bien que la explotaran ricos empresarios y que ellos les dieran trabajo a los campesinos. Al conocer ese cambio de planes, la senadora Cecilia López armó un debate en el Senado y dejó al ministro con los crespos hechos. Y, al final, los campesinos se quedaron sin tierra.

“El proyecto Agro Ingreso Seguro, que reveló la revista Cambio, resultó ser concebido por el ministerio para grandes empresarios.

“Escandalosamente favoreció a cuatro familias ricas de Santa Marta y a unos notables ciudadanos. Estos beneficiados recibieron gruesas sumas de dinero público a manera de subsidios no reembolsables. La sociedad consideró reprobable, no que los ricos accedieran al proyecto, sino que el ministerio, privilegiándolos, menospreciara al campesino pobre. No obstante, el presidente Uribe y el ministro de Agricultura, Andrés Fernández, justifican esa política. "No poder apoyar a los grandes agricultores es mantenerse en el discurso del 70", opinó el Presidente. Como buen finquero, le interesan más los negocios de los ricos empresarios.

“Abandonados, desprotegidos, los campesinos colombianos luchan a brazo partido contra la indiferencia del Estado y contra las iras de la naturaleza. Cuando los ríos se desbordan, se llevan las cosechas, las casitas, los hijos, los enseres. Si arrecia el verano, se agrietan los montes y se desbarrancan las viviendas. Y son sus familias las que más han padecido la violencia. Unas veces la guerrilla, otras veces los 'paras' los asesinan porque los consideran sospechosos de ayudar al contrario. Y terroristas de todos los pelambres los secuestran. Y roban niños para alistarlos y obligarlos a matar. Para el Estado, dicha población es indispensable. Es la materia prima de las Fuerzas Armadas. Soldados campesinos exponen su vida para defendernos.
“Los campesinos viven, además, otra tragedia: el desplazamiento forzoso. "Este ha adquirido en Colombia un cariz de emergencia humanitaria de primera línea", dice la profesora Ana María Ibáñez, economista de la Universidad de los Andes, quien, con una investigación titulada El desplazamiento forzoso en Colombia, recibió Mención de Honor en Ciencias Sociales y Humanas de la Fundación Alejandro Ángel. (…)”

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