EL ESTILO DEL PRESIDENTE



El lunes 27 de abril, escuchamos al secretario General de la Presidencia, Bernardo Moreno, dar declaraciones radiales afirmando que desde el despacho del Presidente nunca se había dado orden de interceptar llamadas, hacer seguimiento e investigar la vida privada de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, de periodistas y opositores del gobierno, porque “ese no es el estilo de la Presidencia”. Como la afirmación nos produjo cierto choque o desarmonía de conceptos, comenzamos a buscar la causa de esa sensación, y comenzamos a hacer un análisis del estilo del Presidente, partiendo de la premisa de que el estilo se refleja en todo lo que el hombre engendra, promueve, crea, patrocina o se adhiere. Nos vino entonces a la memoria que al señor Uribe se le acusa de ser quien en Antioquia promovió, autorizó y patrocinó, las famosas Convivir, Cooperativas de vigilancia y seguridad privada, cuya inspiración no fue otra que combatir a la guerrilla, por lo que terminaron convertidas en las Autodefensas Unidas de Colombia, el grupos más feroz y sanguinario que haya podido existir en Colombia. Tan pronto asumió la presidencia, Uribe Vélez creó la red de informantes, una organización dedicada a hacer delaciones, es decir a chivatear. Desde la Presidencia ha promovido e impulsado otros anti- valores como la traición por dinero; ha aplaudido y premiado el asesinato con alevosía y sevicia. No ha tenido escrúpulos para hacer reformar la Constitución en beneficio de sus intereses personales; las Fuerzas Armadas, cuyo comandante supremo no es otro que Uribe Vélez, en su condición de Presidente, han asesinado más de mil jóvenes, miserablemente engañados, aprovechando su falta de educación y de recursos de toda índole, con el “elevado” propósito de hacer aparecer como muy efectiva la cacareada “seguridad democrática”. Por intermedio del DAS, organismo de inteligencia que trabaja bajo la orientación y dirección de la Presidencia, se ha violado el derecho a la intimidad, y otros derechos fundamentales de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, de periodistas, de intelectuales y opositores del gobierno, mediante el espionaje, la investigación, ahí si exhaustiva de todas sus actividades y relaciones, seguimientos, interceptación y grabación de comunicaciones telefónicas, etc., etc., con fines todavía no establecidos pero fácilmente imaginables que seguramente pasan por listas negras con fines inconfesables. Ante todo lo anterior, ¿no resulta francamente jocoso que el bufón de Palacio salga a decir que ese no es el estilo de la Presidencia?


P. D.- En este elocuente cuadro psicológico, sólo falta un pincelazo que armonizaría perfectamente con la obra: que el gobierno mande traer a los jefes paramilitares que envió a los EE. UU., para acallar sus acusaciones, y en un acto público, transmitido en directo desde la Casa de Nari por la televisión huera, sean homenajeados y condecorados como campeones de la lucha contra la explosión demográfica.

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