FRUTOS DE LA SEGURIDAD DEMOCRATICA
Este País, pareciera condenado a soportar en silencio toda clase de vejámenes e infamias, acallado por la fuerza de las armas, de la violencia irracional y del temor a los criminales. No sabemos si tanta y tan prolongada violencia ha adormecido los sentimientos de los colombianos, cuya historia da cuenta de pasajes en los que, con éxito, se han puesto a prueba su altivez, orgullo y coraje para enfrentar las injusticias y el inicuo sometimiento. Casi con espanto presenciamos que a diario ocurren toda clase de ignominias y atropellos a los más caros sentimientos del ser humano, y todos permanecemos callados, como si nada nos importara, nada nos conmoviera, limitándonos a expresar nuestro asombro y repudio en los círculos de relaciones en los que cada uno nos movemos, evidenciando una enorme incapacidad para la protesta social y una innegable falta de liderazgo que nos permitan organizar, canalizar y expresar en forma unánime, con fuerza y encono, todo ese repudio que el crimen y la corrupción oficial producen en una sociedad sana, libre y soberana. Aquí, lamentablemente, todo pasa sin que pase nada.
No obstante, y a pesar de esa perniciosa pasividad, creemos que los asesinatos de adolescentes desocupados de clase humilde, ejecutados por las fuerzas militares, no pueden quedar impunes, arropados por el manto de silencio arrojado sobre ellos por el alto gobierno al destituir a unos cuantos oficiales, soslayando el hecho irrefutable de que el Presidente de la República es el “Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas de la República”, como lo establece el artículo 189 de nuestra Carta Política. Si, como se hizo aparecer, la desvinculación de esos altos oficiales, obedeció a la aplicación de su responsabilidad política y administrativa, la primera renuncia que ha debido entregarse a la Nación era la del presidente Uribe, máximo responsable de las actuaciones cumplidas por las Fuerzas Armadas bajo su mando. De otra parte, resulta obvio que esos crímenes son el producto natural de la cacareada seguridad democrática, política gubernamental que, lejos de estar inspirada en los altos intereses de la Nación, como se nos presenta, responde al inocultable deseo personal de venganza que mueve al señor Alvaro Uribe, y al grupo de resentidos terratenientes de los cuales se ha rodeado, insana pasión que lo ha llevado a colocar gran cantidad de recursos estatales al servicio de sus delirios y de sus intereses de clase, en perjuicio de la salud, la educación, y demás aspectos que conforman la inversión social. No está lejos el día en que esos destituidos oficiales decidan contar que, forzados por las exigencias presidenciales, se veían obligados a fabricar cadáveres, para completar las cuotas mensuales que desde la presidencia de la República se les imponía, so pena de ser retirados del servicio por ineptos, como ya le había ocurrido a otros, quienes, adicionalmente, habían sido humillados a través de los medios de comunicación social, en desarrollo de las obras teatrales denominadas Consejos Comunales, porque no daban los resultados exigidos. ¿Veremos actuar, entonces, la Corte Penal Internacional?
Guardamos la esperanza de que más temprano que tarde, el pueblo colombiano, con la gente sana y honesta a la cabeza, habrá de despertar para darse cuenta de que este gobierno ha estado al servicio de los grandes grupos económicos, de los banqueros, de los terratenientes, y de quienes nunca tendrán paz en sus almas, atormentadas por la soberbia y el resentimiento. Esperamos también que la prensa libre, vale decir, aquella no comprometida con este gobierno por puestos y prebendas de diversa índole, publique esas declaraciones.
Muy clara y precisa su manifestación, cuyo criterio compartimos quienes esperamos un mejor país que ojalá gocen los de la proxima generación
ResponderEliminarNO DEBEN PREOCUPARLE LOS COMENTARIOS QUE LO SEÑALEN COMO ANTIURIBISTA, PORQUE PRONTAMENTE PASARÁ A CONFORMAR LA AGRUPACIÓN DE LAS MAYORÍAS
ResponderEliminarjajajaja esas mayorías nunca van a existir porque es más fácil organizar 20 micos para una foto que una opocisión coherente y representativa.
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